miércoles, 30 de diciembre de 2009

Reaganomics

¡Salud, camaradas! Hoy me gustaría hablaros del causante nuestra crisis actual, que a mi juicio no es otra que el gobierno de Ronald Reagan. Resulta que un tal Ronald Wilson Reagan (por muchos considerado el Anticristo) llegó a la Casa Blanca en 1981. Una de sus primeras medidas fue una gran bajada de impuestos y reducción del empleo público, dando así mayor libertad a la explotación del trabajador por parte de la empresa privada, volviendo básicamente al sistema anterior al crack del 29.

Al año siguiente, después de describir públicamente a la Unión Soviética como "el Imperio del mal" y de ver como este "Imperio" se reía de él mientras sus amados Estados Capitalistas Unidos se hundían en una recesión que hizo aumentar el paro hasta cerca del 10%, la Guerra Fría entraba en una fase de dominio claramente soviético y de descontento entre las clases bajas de los países capitalistas.

Reagan decidió tomar medidas y volver a crear empleo público, esta vez en la industria armamentística. Gastó miles de millones de dólares en armas y submarinos nucleares para frenar por la fuerza el avance soviético. Al otro lado del telón de acero, Leónidas Brezhnev fallecía y dejaba su puesto a Andropov, quien moriría quince meses después y sería relevado por Chernenko, quien dejaría su puesto a Borbachov en marzo del 85

Ahí comenzó la última fase de la Guerra Fría, o más bien continuó la anterior, en la que la superioridad militar norteamericana iba conteniendo a los soviéticos (cuyos gobiernos empleaban los recursos en mejorar el nivel de vida de la polbación y otro tipo de "asuntos sin importancia" Tras el fracaso de las reformas de Gorbachov y la disolución de la URSS, el nuevo presidente de los Estados Unidos (George H. Bush) y sus sucesores, decidcieron seguir con el proyecto de Ronald Reagan de favorecer a la empresa privada, ahora que ningún "comunsita de m*****" les podría hacer nada.

Pero, como en todos los sitemas liberales, las crisis son inevitables y, una vez más, somos los proletarios los que tenemos que sufrir las consecuencias. Si la Guerra Fría hubiese terminado de otra forma, otro gallo nos cantaría